La lavanda es originaria de las regiones del mediterráneo, se cultiva con frecuencia en huertos y jardines y crece de forma espontánea en el campo. Los romanos se perfumaban con ella después del baño (de lavar, "Lavandula") y llevaban un ramo de lavanda entre las ropas para ahuyentar a los insectos y emanar un suave y delicado aroma.
Descripción:
La lavanda, también llamada espliego (aunque se trata de especies diferentes), es muy conocida en la cosmética. Las flores son de color azul-violáceo y se agrupan en espigas muy aromáticas. Florece en verano y la recolecta es en los meses de julio y agosto.
Componentes y Propiedades
Contiene alcoholes (linalol, geraniol y borneol) Propiedades: sedante del sistema nervioso central, hipotensora, antiinfecciosa y bactericida.
La lavanda es un remedio eficaz para calmar los nervios y en caso de ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas. Es también excelente como tónico digestivo ya que ayuda a expulsar los gases. Por su acción calmante, antiséptica y cicatrizante, en uso tópico se aplica en baños y compresas para tratar dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, picaduras de insectos, etc. Precauciones
Se aconseja no aplicar aceites esenciales de lavanda por vía interna durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de seis años ni a quienes sufren trastornos gastrointestinales o padecen epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas. El aceite esencial puede provocar dermatitis de contacto a personas sensibles y en dosis elevadas es neurotóxico.
Plantas con las que combina:
Se puede preparar una infusión de lavanda mezclada con otras plantas tranquilizantes como tila, amapola, melisa, pasiflora e hipérico. Puesto que se usa como remedio para tratar las migrañas combinada con la verbena, suaviza el fuerte sabor de ésta. Si el fin es mejorar las digestiones, se puede tomar combinada con manzanilla, poleo, menta, regaliz y anís.
Formas de presentación:
Por destilación al vapor de las flores de lavanda se obtiene el aceite esencial de un color que va desde el amarillo oscuro al amarillo verdoso, muy empleado en perfumería. De los tallos también se obtiene algo de aceite esencial aunque su aroma no es tan delicado como el de las flores. El aceite de lavanda es útil para mitigar las molestias de las picaduras de los insectos. Aunque el mayor uso lo encontramos en el campo de la cosmética y aromaterapia, ya que por su aroma suave y balsámico combina estupendamente con muchos aceites esenciales. Se utiliza en los vaporizadores ambientales, en baños, aguas florales, colonias, perfumes, lociones.
La infusión de lavanda:
Es un remedio eficaz para calmar los nervios. Para ello, se hierve agua, se añade una cuchara de sumidades de lavanda por cada taza y se deja el recipiente tapado y en reposo unos minutos. Se recomienda tomar dos tazas diarias después de las comidas.
El alcohol de lavanda:
Es muy adecuado para dar fricciones y calmar tensiones musculares, así como para activar la circulación y aliviar el cansancio si se añaden unas gotas a un baño caliente. Añadir a un litro de alcohol de 90º unos 30 gramos de esencia de lavanda, dejar macerar durante dos días, filtrar y conservar el producto en un recipiente hermético y en lugar oscuro. Las flores secas perfuman la ropa y ahuyentan a las polillas, por lo que se pueden colocar pequeñas bolsitas con flores de lavanda en los armarios o dentro de los bolsillos de la ropa.